TESTAMENTOECUADOR.site
En diciembre pasa algo curioso: ¡medio Ecuador nos pide un “testamento de Año Viejo”!
Y como “al cliente lo que pida (pero con sello y estilo)”, aquí les entregamos la versión oficial, simbólica y 100% incendiable.
Porque si algo hemos aprendido es que no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar… con acta notarial incluida.
Así que, para quienes cada año dicen:
“Doctor, hágame un testamento que resuma el país… y que dé risa antes de quemarlo”,
aquí está: legalito, rimado y listo para la hoguera.
TESTAMENTOECUADOR.SITE
Donde hacemos testamentos serios… y también los que se queman con humor.
Protocolizado por encargo solemne y urgente a:
NOTARÍA PÚBLICA & ASESORES JURÍDICOS “TESTAMENTOS ECUADOR S.A.”
(Dejo constancia de que estos abogados me han cobrado por cada verso, ¡convirtiendo mi tristeza en un acta cara! Pero cumplo con la formalidad, aunque mi alma de papel ya huele a mecha. Declaro que este documento es mi última burla antes de la combustión).
I. DE LA COMPARECENCIA, DECLARACIÓN Y HECHOS NOTORIOS
En la muy noble, leal, bella, golpeada, ingeniosa y eternamente sobreviviente República del Ecuador, que se ha pasado el año "patas arriba", al filo del fuego y la medianoche del 31 de diciembre de 2025, comparezco yo, el Año Viejo Dos Mil Veinticinco.
De cuerpo de cartón y alma de crónica de sucesos, me hallo, milagrosamente, en pleno y cabal uso de mis facultades mentales. ¡Y que conste en acta que vi mucho más de lo que debí, entre elecciones, paros y apagones!
Este testamento simbólico es mi legado y mi desahogo. Que se lea en voz alta, que duela y que el humor nos redima.
A mi país, que vive ilusionado y desilusionado sin parar,
le dejo el eco amargo que mi final viene a marcar.
Me refiero, sin tapujos, a las Elecciones y el revuelo,
donde un nuevo gobierno tomó el mando del suelo.
Al Presidente que en Mayo subió con gran deseo,
le dejo el recordatorio del fracaso y del paseo.
Aunque tuvo su chance y empujó su gestión,
la calle le enseñó que:
“Del dicho al hecho hay mucho trecho, ¡entre la promesa y el bolsillo maltrecho!”
Le lego mis diez mil empleos, que nunca se materializaron,
se fueron cual humo que las promesas llevaron.
Que no se vista de seda, que el pueblo no perdona el desliz,
pues:
“Aunque el mono se vista de seda, mono se queda, ¡y el voto lo mira de refilís!”
Al pueblo ecuatoriano, que se ajustó el cinturón sin medida,
le dejo el golpe cruel que nos dejó sin salida.
Me refiero al IVA al quince, que llegó con gran dolor,
y a la canasta básica le subió el valor.
Ese aumento abrupto, que impactó hasta en la sopa,
desató la revuelta que parecía una copa.
Por eso en Agosto, el levantamiento fue total,
y la CONAIE dijo: "¡Basta al plan fiscal!".
El Paro Nacional paralizó a la nación,
y el reclamo de los subsidios fue su mayor razón.
Los bloqueos viales y el lío en la carretera,
recordaron que el pueblo tiene voz y bandera.
Al Gobierno le digo: si no escucha el clamor popular,
recuerde el refrán:
“Cuando el río suena, piedras trae, ¡y el Paro trae la furia que a todos nos cae!”
Al FMI, que sigue dictando desde allá arriba,
le dejo las deudas, la agenda repetitiva.
Que sepa esa entidad, sin ningún sentimentalismo,
que:
“El que paga y da el vuelto, se queda sin nada, ¡pero a mi pueblo no le hace la jugada!”
A la Delincuencia —esa dueña del barrio y del terror—,
le dejo mi alma vacía y mi más sentido dolor.
Que se lleve mis bolsillos rotos, mi paciencia vencida,
porque nos robó la paz, ¡hasta la bienvenida!
Aquí, sin titubeos, aplico el sabio refrán:
“Ladrón que roba a ladrón, ¡deja al pueblo sin luz, sin cable y sin pan!”
El Conflicto Armado Interno, que no nos deja en paz,
le dejo mi fusil de papel, que se deshaga en compás.
Las Fuerzas Armadas hicieron su gran esfuerzo,
pero la bala fácil persiste, ¡es un perverso tuerzo!
Y al que se queja del control y el rigor militar:
“Al mal paso darle prisa, ¡pero es mejor no salir a arriesgar!”
Los chalecos antibalas, ya un atuendo necesario,
los dejo al Ministerio con mi más duro comentario.
Que los repartan pronto, pues la calle está muy dura,
y:
“Árbol que nace torcido, ni el Estado con presupuesto lo ha podido.”
A las Cárceles que ardieron con su eterna y cruda crisis,
donde el Estado perdió la última mise.
Entre amotinamientos y caos sin control,
el sistema penal sigue perdiendo el sol.
Le digo al sistema: despierta de la agonía,
pues:
“Más vale prevenir que lamentar, ¡y más vale tomar el control que verlas arder sin parar!”
Porque soy testigo de todo el país, desde el mar hasta el volcán,
extiendo mi legado con el refrán de cada clan.
A. COSTA Y LITORAL:
A mi bravo Guayaquil, donde el calor es un demonio,
le dejo más policía y menos testimonio.
Y que el porteño entienda, sin que le duela el orgullo,
que: “Perro que ladra no muerde”, ¡pero el pillo en moto sí hace su embullo!
A Manta, que ha sufrido y no baja la frente,
le dejo la certeza de que nada es permanente.
Y un filtro de verdad, para que toda promesa,
no le deje en el plato una amarga sorpresa.
A Machala, capital del banano altanero,
le dejo un potente spray contra el pechero.
Y que recuerden siempre, que del árbol al cajón,
a veces el que gana es el de la gran traición.
A Esmeraldas, tierra de tambor y de alegría,
le dejo iluminación, que alumbre noche y día.
Porque me duele, carajo, que en esa bella tierra,
la oscuridad se preste para tanta guerra.
Y que se sepa bien: “En tierra oscura, ¡cualquiera se confunde y se hunde!”
A Santo Domingo, cruce de sueños y apuros,
le dejo un semáforo que funcione, un tesoro seguro.
B. SIERRA Y ANDES:
A mi añejo Quito, capital de niebla y altura,
le dejo una aspiradora para tanta basura.
Que arreglen las calles, que no sean tan avaros,
porque: “No hay mal que dure cien años”, ¡ni bache que no duela en los carros!
A Cuenca, de gente culta y sabia, sin misterios,
le dejo mi paraguas eterno y mis rezos.
Que sigan con su acento, con su paz y gran calma,
y que el resto del país siga siendo su ahijado.
A Ambato, con su feria, flores, frutas y pan,
le dejo el valor para que no le digan “¡Van!”
Que no les cambien el sitio de su gran tradición,
porque: “Guerra avisada, no mata gente”, ¡pero sí da la gran lección!
A Riobamba, al pie del gigante dormido,
le dejo un abrigo que siempre esté prendido.
Que no le quiten el orgullo que su gente ha forjado,
aunque este año el frío nos ha maltratado.
A Loja, tierra de música fina y serenata,
le dejo un escenario ambulante para que no haya retirada.
Que sigan cantando fuerte, sin que les duela el alma,
que: “Mal de muchos, consuelo de tontos”, ¡pero la música nos da calma!
C. AMAZONÍA Y OTROS:
A Tena, puerta verde de belleza ancestral,
le dejo un defensor firme contra el mal.
Que cuiden su selva, que es nuestro gran tesoro,
y no la cambien nunca por dinero ni por oro.
A los Asambleístas, que confunden sesión con siesta,
les dejo cien litros de café y una voluntad honesta.
Que entiendan de una vez que el pueblo les exige labor,
y que:
“El que no trabaja, no come, ¡y el que roba, va pa’ la Fiscalía, señor!”
A la Clase Media, heroína del descontón tributario,
le dejo un hueco extra en el cinturón y mi diario.
Por los impuestos nuevos, que llegaron sin aviso,
el salario se fue, ¡y eso sí que fue preciso!
Como dice el pueblo, con voz que se le nota:
“Cuando el bolsillo llora, la política se ignora”, ¡y solo queda la nota!
A los "influencers", reyes del like y del filtro,
les dejo un espejo sin maquillaje, para ver lo turbio.
Que enseñen la verdad, que dejen el postureo,
que no vendan la vida como un simple paseo.
Y que recuerden siempre:
“No todo lo que brilla es oro, ¡ni todo lo viral es real, se lo juro!”
A quienes aún creen que Ecuador puede enderezarse,
les dejo mi fe arrugada, pero lista para reencarnarse.
Que el 2026 llegue con firmeza y sin dolor,
porque este 2025 fue prueba, maestría y temblor.
Que recuerden siempre:
“Al mal tiempo, buena cara, ¡y si la cara no alcanza, al menos una carcajada sana!”
Habiendo expresado cuanto quise, me reitero y lo sostengo, que este texto es mi testamento y que no me arrepiento.
Y por último, declaro bajo la formalidad notarial ficticia, que quien halle este pliego no tiene derecho alguno a reclamar ni un solo centavo de mi herencia, pues yo solo dejo deudas, humo y un gran chiste.
¡Dicho, Firmado y esperando la Flama!
Firma Auténtica del Testador Simbólico:
EL AÑO VIEJO 2025
(Sello Notarial: Humo, Pólvora y la Fe Inquebrantable de Ecuador)
Testigos de la Quema:
La Sociedad Cansada, pero Risueña.
El Próximo Candidato (que ya está calentando motores).
El Humor Popular, que en este país, es el único que nunca muere.